Al igual que ocurrió con una actualización similar que ocasionaba pantallas negras de la muerte, los culpables fueron virus de rootkit activos en el sistema. La explicación es que los drivers infectados que hagan referencias incorrectas a los sectores del núcleo que fueron actualizados, disparan este tipo de errores. Es por ello que la compañía tomó medidas para evitar mayores inconvenientes:
- El parche fue adaptado para instalarse únicamente si no existen anomalías en el SO. Si se detectara alguna, el proceso será cancelado y el usuario verá un error genérico de Windows Update.
- Se lanzó una solución Fix it que analiza si es posible realizar la instalación sin inconvenientes. En caso negativo, será necesario correr un antivirus antes de actualizar Windows.
Fuente: Bitelia
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